Esta mañana
al salir a patrullar,
hallamos muerto
al soldado Adrián.
Como manda el reglamento
procedimos a buscar
los objetos que llevara.
Sólo hallamos esta carta:
"Querida Milagros:
llevo seis días aquí.
Te echo de menos,
no puedo vivir sin ti.
He visto las explosiones
brillando a mi alrededor.
Tengo miedo, no lo oculto,
sólo me queda tu amor.
Por ahora
la suerte me ha sonreído;
necesito verte,
aquí no hay amigos;
No estaría de más
que alguien me explicara,
qué tiene esto que ver
contigo y conmigo.
Querida Milagros,
queda tanto por vivir.
Sería absurdo
dejarse la piel aquí.
Querida Milagros:
aún no he podido dormir.
un sueño frío me anuncia
que llega el fin.
Cuando leas esta carta
háblales a las estrellas;
desde que he llegado aquí
sólo he hablado con ellas.
He visto a los hombres
llorar como niños;
he visto a la muerte
como un ave extraña,
planear en silencio
sobre los caminos,
devorar a un sol
que es tuyo y es mio.
Querida Milagros,
llevo seis días aquí.
Te echo de menos,
no puedo vivir sin ti.
Querida Milagros,
llevo seis días aquí.
Muchos han muerto,
casi todos morirán.
Querida Milagros,
me tengo que despedir.
Siempre te quiere
tu soldado Adrián".