Con el alma en una nube
y el cuerpo como un lamento
viene el problema del pueblo:
viene el maestro.
El cura cree que es ateo
y el alcalde comunista
y el cabo jefe de puesto
piensa que es un anarquista.
Le deben 36 meses
del cacareado aumento
y el piensa que no es tan malo
enseñar toreando un sueldo.
En el casino del pueblo
nunca le dieron asiento
por no andar politiqueando
ni ser portavoz de cuentos.
Las buenas gentes del pueblo
han escrito al "menestrerio"
y dicen que no esta claro
como piensa este maestro.
Dicen que lee con los niños
lo que escribió un tal Machado
que anduvo por estos pagos
antes de ser exilado.
Les habla de lo innombrable
y de otras cosas peores,
les lee libros de versos
y no les pone orejones .
Al explicar cualquier guerra
siempre se muestra remiso
por explicar claramente
quién venció y fué vencido.
Nunca fué amigo de fiestas
ni asiste a las reuniones
de las damas postulantes
esposas de los patrones.
Por estas y otras razones
al fin triunfó el buen criterio
y al terminar el invierno
le relevaron del puesto.
Y ahora las buenas gentes
tienen tranquilo el sueño
porque han librado a sus hijos
del peligro de un maestro.
Con el alma en una nube
y el cuerpo como un lamento
se marcha, se marcha el padre del pueblo
se marcha, el maestro.