15/6/09

CANCIÓN PARA LUCRECIA

Yo te quiero escribir
una carta de amor
que llegue a tu país
en semilla de flor,
que atraviese en la noche
océano y tormenta,
luego, como un lucero,
deje un sueño en tu puerta.

Yo te quiero cantar
y pedirte perdón
por tu muerte, Lucrecia,
por esta canción
que comprenda la luna
el ron y la palmera
que en tu isla canela
sólo come el tiburón.

¡Ay! Cuatro rosas de fuego
ardiendo salieron
y todo acabó.
¡Ay! Cuatro rosas dejaron
la flor de un disparo
en tu corazón.

Pobre Lucrecia
Tan pobre y negra...
te vengará un andaluz
a la luz de la luna
cantando el "vudú".

Merecumbé, merecumbé
un alacrán por la pared
merecumbé, merecumbá
por la pared va un alacrán
y el corazón con su aguijón te comerá
merecumbé, merecumbé,
merecumbá.

Los que matan la luna
son los mismos de siempre
los que arrancan las flores
con sus botas de muerte
los que amargan la vida
y asesinan los sueños
que cantan los poetas
buscando un tiempo nuevo.

No gozan del amor,
ni tocan los tambores,
ni cantan el bolero,
ni pintan corazones
en los árboles verdes
ni en las playas de arena,
ni bailan el merengue
pa'echar fuera sus penas.

¡Ay! una calle sin salida
una mirada asesina
y allí sola la dejaron.
¡Ay! "Aquí negros no queremos,
negro muerto, negro bueno
negro vivo, negro malo".

Suenen los cueros.
Con rabia suenen los cueros.
¡Venga compadre esa rumba,
que al blanco vuelve tarumba
y al negro pone rumbero!.

Merecumbé, merecumbé
un alacrán por la pared
merecumbé, merecumbá
por la pared va un alacrán
y el corazón con su aguijón
te comerá...
Merecumbé, merecumbé,
merecumbá.